Dios y Ayacucho

viernes, 9 de mayo de 2025

La Virgen nos regaló un Papa

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Me gusta pensarlo así.  El Papa Francisco soberanamente eligiendo -genio y figura hasta la sepultura- su último destino a los pies de la más...
martes, 8 de abril de 2025

LOS LÍMITES QUE DIOS NOS PONE

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  Reflexiones a partir de las lecturas del Domingo III de Cuaresma (ciclo C)   “Quien pida amor, ha de inspirar respeto.” José Mar...
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martes, 7 de enero de 2025

Y la estrella de Oriente se detuvo.

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 Pensamientos en torno a la verdadera y a la falsa eternidad.   Hace bastante viene dándome vueltas a las mientes el tema de las espirituali...
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sábado, 2 de noviembre de 2024

Volver a rezar por los muertos.

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Reflexiones en la Conmemoración de los fieles difuntos.   Pocas realidades hay que hayan experimentado cambios tan rápidos e importantes en ...
miércoles, 2 de octubre de 2024

Sobre la tentación de la falsa apertura

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Reflexiones sobre el Evangelio del Domingo XXVI       El Evangelio de este Domingo (XXVI del Tiempo Ordinario, año B), tomado de San Marcos ...
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sábado, 27 de enero de 2024

Calalo

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              El domingo,  terminada la misa, me avisaron que habían encontrado muerto al “Ale”, el hijo de Calalo. Un chico alegre y querib...
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lunes, 8 de enero de 2024

Non confundar in aeternum

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     Cristo enseñando a la multitud (James Smetham)       Hace ya bastantes años escribí, en este mismo cuaderno cibernético, tres articuli...
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martes, 27 de junio de 2023

La deriva de Cáritas

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    ¡Pobre barquilla mía, entre peñascos rota, sin velas desvelada, y entre las olas sola!                                                  ...
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Santo y seña

Mi foto
Cristián Dodds (hijo)
Punta Chica, Buenos Ayres, Argentina
Nací en Buenos Ayres el 12 de enero de 1981 en una familia porteña y cristiana. Soy sacerdote de la diócesis de San Isidro, y actualmente cura de la cuasiparroquia San Juan Diego, de Gral. Pacheco. Me gusta tocar la guitarra y cantar, especialmente la música de mi provincia. Y me gusta la lluvia. Soy el inmerecedor heredero de un riquísimo legado, y me siento llamado a transmitirlo. Esta herencia es un poco incatalogable, pero se me ocurrió cifrarla así, en dos palabras: Dios y Ayacucho.
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