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Cristo enseñando a la multitud (James Smetham) Hace ya bastantes años escribí, en este mismo cuaderno cibernético, tres articuli...
Dios y Ayacucho
Éste es un sitio único. En el insondable piélago cibernético, Dios y Ayacucho es un remanso profundamente argentino (no hay prenda que no se parezca al dueño...). En este rincón de corazones finos, lo más universal se dejará ver en lo más propio y particular. Podremos descubrir a Dios presente en la trama del Ayacucho que cada uno tiene en su corazón.
3 comentarios:
Creo que a Ayacucho recién se lo atisba si uno tuvo la gracia de galoparlo entre los trigales... si uno fue ragalado con el encanto de su noche llena de silencio...
Apenas se lo conoce si uno disfrutó cantar junto al fogón (Junto a la luna y al buen vino!)...
Pero creo que, con todo respeto me animo a decir, a Ayacucho se lo puede entender entrando dezcalso al corazón de Cristián... Entendí que este lugar quiso dejar en él una parte muy presiada...
...A veces... con el temor de quien está frente al Misterio... fui testigo del anhelo de esta parte por volver a su todo... entremezclado en un suspiro... y pude vislumbrar en sus ojos el galope y el silencio, la noche y el trigo, la luna y el canto...
...Y ahora que escribo esto... en un susurro me animo a nombrar estas dos palabras juntas... Dios y Ayacucho
Estimado Cristián:
Sólo viendo la imagen se entiende porque.
No tengo la suerte de conocer Ayacucho, pero gracias a su foto y al relato de mi queridísimo Pablito, puedo entender el porque.
Abrazo.
G.A.D.
Cris:
A través de lo que escribis y lo que nos contas, nos hiciste querer Ayacucho.
La verdad que en la foto se puede apreciar la paz de ese mundo hermoso que nos diste a conocer.
M.D.A
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