La "oda a la moldura" era una de mis más antiguas deudas literarias. En atención al tema propuesto quise salirme de mis queridas décimas de octosílabos y me atreví a componerla en pretensiosos versos alejandrinos, como esos de Juan Luis Gallardo que tanto me gustan, de los cuales los míos son apenas un pálido pero agradecido remedo.
contra la tiranía del necio pragmatismo:
y en medio de este mundo que pierde su hermosura
quisiera con mis versos cantarle a la moldura.
Simpático remate, solemne cortesía
que a la estructura en prosa da un toque de poesía;
afable añadidura de constructor derecho
que admira y que celebra su trabajo bien hecho.
Adorno innecesario, derroche de cemento
que puede de una casa hacer un monumento;
revoque hecho poema, coqueta rebeldía
que se subleva contra la pura ingeniería.
Denuncio la insolencia del economicismo
que ahoga la belleza con su minimalismo;
mi canto es una queja contra su dictadura
que todo lo rebaja, achata y desfigura.
Engendro de un ambiente enfermo de egoísmo
que ignora la pureza y apaga el idealismo:
si todo se mirara con su pobre criterio
¡qué triste sería el mundo vaciado de misterio!
Le canto a la moldura, que grita la verdad
de que el hombre no puede vivir en la fealdad;
que no por ser inútil es frívola y mundana
que sí por ser hermosa es cálida y humana.
Le canto a la moldura, que en su delicadeza
emula los encantos de la naturaleza
(mas si se degenera en barrocos empalagos
con varonil franqueza le niego mis halagos).
Celebro a las molduras, que adornan y embellecen,
que elevan, dignifican, suavizan y enaltecen;
y a quienes al moldearlas lograron con su mano
que el mundo esté más lindo, más libre, más humano.
Me gustan confesando en la fábrica y la usina
que la labor humana tiene algo de divina;
y en capillas ignotas rezando con firmeza
que el pobre también tiene derecho a la belleza.
El hombre necesita de la inutilidad:
también él es un juego de amor y gratuidad;
acaso en las molduras cumplen igual destino
el arquitecto humano y el Hacedor divino.
10 comentarios:
Lindisima mi querido amigo... lindisima.
Abrazo enorme.
¡Se vino la tan esperada oda a la moldura! Jajaj. Sinceramente me encantó. Un abrazo enorme Cristián.
Nos estaremos viendo.
Fede Cavallo.
PD: Ojo que quién te dice se viene mi blog :P.
¡Gracias, amiGAD! racias, Fede, y espero ansioso tu aparición blogosférica, a ver si podés REMAR también en el mar del ciberespacio... Un abrazo
Muy buena pibe, buena pluma.
Me alegro que hayas saldado tu deuda.
Abrazo Cristián
PD: No me hice el intelectual en este comentario.
Epa!!!!!
Il poeta. Felicitaciones.
REspetos poéticos.
Natalio
EXCELENTE CRIS!
Me encantó!
Me hace acordar a William Morris, el del movimiento Arts & Crafts...
abrazo!
Por fin pude conocer la famosa oda a la moldura! Muy buena.
Sensacional, como siempre.
Apropiado poema para la restauración de la catedral.
me sigue gustando la oda a la moldura!!!! Vamos por la elegancia y fuera la chatura....
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