sábado, 11 de abril de 2009

El sepulcro nuevo

"Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús. Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le entregase. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue. Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro." (Mt 27, 57-61)

“Todo se ha cumplido” (Jn 19, 30). Jesús entregó todo: sus vestiduras, su sangre, su Espíritu… hasta dio a su propia Madre. Aquel que, “siendo rico, se hizo pobre”, fue pobre “hasta el extremo”; aquel que en la vida “no tuvo lugar donde reclinar su cabeza” (cf. Lc 9, 58), tampoco en la muerte se procuró una tumba, sino que es puesto en un sepulcro ajeno.
Pero la providencia de Dios le preparó a Jesús "una tumba nueva" (cf. Jn 19, 41). ¿Por qué es nueva la tumba? No sólo porque “nadie había sido sepultado todavía en ella”, como dicen Juan y Lucas. Es nueva también porque nunca antes la muerte había recibido a la Vida misma en su seno; nunca antes Dios había descendido hasta este abismo de compasión. En efecto, ningún hombre antes había muerto como murió el Hijo de Dios, asumiendo, en el infinito regazo de su confianza (cf. Lc 23, 46), toda la negrura y la soledad y la angustia de la muerte de un pecador (cf. Mc 15, 34).
Creemos que, con Jesús, también nuestros sepulcros se vuelven "sepulcros nuevos". Ya no son el oprobioso lugar de la condena, el confín tenebroso de la muerte, el fin absurdo de una vida sin sentido… Con Jesús, nuestros sepulcros son el lugar donde, por no poder nosotros hacer nada, Dios puede hacerlo todo. Son el nuevo tabernáculo donde el Dios de los vivos quiere manifestar su gloria.
El Sábado Santo tiene carácter propio: es un día de espera, de expectativa. Sabemos que es muy fácil caer en la tentación de evitar esta tensión de la espera, sea desquitándonos del ayuno en una suerte de Pascua anticipada, sea recayendo en el activismo, o simplemente distrayéndonos... Hoy la Iglesia nos regala un tiempo para, sencillamente, "estar sentados frente al sepulcro", como las santas mujeres. Sentados en silencio, como ellas, delante de la enorme piedra de nuestras impotencias. Ellas supieron esperar porque realmente querían a su Maestro. Si permanecemos en oración (es decir, amando a Jesús), el silencio acongojado de la cruz se irá mudando, poco a poco, en silencio de esperanza ante la tumba.
* * *

Jesús, Señor y hermano nuestro,
que podamos ofrecerte tantos sepulcros
que hay en nuestras vidas
–tantos rincones oscuros de pecado,
de tristeza, de dolor y de muerte-
para que hagas de ellos sepulcros nuevos,
lugares de entrega y descanso
donde el Padre pueda engendrar
la resurrección y la vida. Amén.

6 comentarios:

G. A. D. dijo...

El hace nuevas todas las cosas.
La muerte la tranforma en vida.
El silencio en contemplacion.
El sacrificio y la entrega en amor.
Lindisimos sus pensamientos estimado Cristian.
Abrazo.

Cristián Dodds (hijo) dijo...

Muchas gracias, querida Grace. Muy felices Pascuas (lo digo a propósito porque hoy es políticamente incorrecto saludar pascualmente en plural, ¿vio?... ¡Y más aún a una eximia liturgista!).
Espero vernos pronto

Natalio Ruiz dijo...

Me perdí el por qué es políticamente incorrecto saludar pascualmente en plural.

Respetos pascuales.

Natalio

Cristián Dodds (hijo) dijo...

Respetuoso Natalio:
¡Gracias por su reaparición entre los comentaristas! Eso de volver a aparecer sí es muy pascual, política aparte.
Por lo del saludo en singular, pierda cuidado, no es nada serio, y son cosillas de mi diócesis... (A Ud. lo tengo no sé por qué ligado en mi magín a la de San Miguel).
Quiero felicitarlo por sus serios artículos litúrgicos: me gustó mucho el del sacerdocio de los bautizados -tema que me apasiona y que me parece está pastoralmente desperdiciado (dicho de otro modo, pocos se toman en serio el tema del laicado, que no consiste en nombrar ministros extraordinarios de la eucaristía...). Me gusta su estilo no fanático ni ideológico, sino justamente intelectual, que busca la verdad, siempre sopesado y sensato. En muchas cosas estamos de acuerdo.
Porque he notado su interés por la religión judía, le cuento que el martes pasado pude asistir a un "seder de Pesaj", la cena pascual judía. Muy interesante.
Gracias por su respeto de siempre.

Natalio Ruiz dijo...

Estimado Crisitan:

Gracias por la respuesta.

Ud., de algún modo me tiene categorizado junto con Wanderer (a quien o quienes creo que puede imaginarlo por la diósesis de San Miguel aunque no a mí). Si bien comparto algunos puntos, difiero en muchos otros (como comenté en el post sobre el blog del caminante y en varios otros donde impugnaba temas puntuales). En este sentido no comparto mucho del público de wanderer por lo que no creo que en mi blog le ocurra lo mismo que allí.

Esto último se lo digo porque me parecería muy interesante escuchar sus opiniones en esos temas que tratamos en tanto compensaría la balanza de varios que lo ven desde el otro extremo.

Mi envidia por su cena de pesaj, si consigue invitación extra para la próxima acuérdese de mí.

Por mail en cuanto tenga un ratito me presento con nombre y apellido (expliqué la necesidad del seudónimo al presentar el blog).

Respetos pascuales.

Natalio

Pd: aunque no comente siempre lo leo.

Cristián Dodds (hijo) dijo...

Gracias, Natalio, y perdone la "etiqueta", pero colijo que es un poco inevitable... Y aunque lo "asocio" con Wanderer, lo sé -como se lo tengo dicho- felizmente diferente de muchos de los que allí se expresan.
Y espero el mail que lo identifique, prometiendo no divulgar la información.
Mis respetos al respetuoso hombrecito del sombrero gris.