jueves, 15 de julio de 2010

MEA CULPA

                                      
Qué día triste. Qué dolor leer estampada en el título del diario la noticia irreversible de la confusión canonizada y de la mentira hecha ley.
"Perdimos", fue lo primero que pensé. Después intenté consolarme: "Dimos batalla: mandamos mails, repartimos volantes y juntamos a miles de personas anteayer frente al Congreso. Hicimos lo que pudimos, lo que estuvo a nuestro alcance...".
Y después volví a pensar: perdimos, y nuestra reacción no fue más que eso, una reacción desesperada a último momento (posterior incluso a la media sanción en la Cámara de Diputados), un manotazo de ahogado.
Anteayer, en la marcha frente al Congreso, no había canción ni globo naranja que pudieran arrancarme una sonrisa... Mi ánimo no estaba para festejar nada, porque yo ya había experimentado la derrota: no la derrota parlamentaria, la de anoche -porque con respecto a eso todavía tenía ilusión-, sino una derrota mucho más profunda. La derrota de que la mayoría de la gente, incluidos muchísimos miembros de la Iglesia, esté de hecho tan confundida. La derrota de que tantas personas no vean nada de malo en el "matrimonio igualitario"; la derrota de que tantos jóvenes católicos no sientan la necesidad de oponerse a esta nueva ley.
Esta mañana me enojé muchísimo... Pero ¿contra quién me voy a enojar? ¿Contra los del lobby gay? ¿Contra mandinga, que mete la cola? ¿Contra los senadores que legislan para su bolsillo? ¿Me voy a escandalizar de lo que sé de memoria? No, enojarme en serio contra estas realidades sería hipócrita.
Una gripe cualquiera ha matado a la criatura: el que nunca la protegió, el que nunca quiso vacunarla ni le dio la nutrición necesaria no tiene derecho a quejarse de nadie. "Si quiere llorar, que llore, nomás".
Nos han vencido sin tener que recurrir a la inteligencia: casi no hubo necesidad de negar la ley natural, de eliminar a Dios, de ir a lo profundo... No, les bastó el cuatro de copas de los juegos de palabras, los testimonios conmovedores, la retórica barata, los lugares comunes, la corrección política y la insistencia mediática. Vergüenza, decimos. Sí, pero más vergüenza la nuestra. Un resfrío nos llevó a la tumba: alguien tiene que hacerse cargo de la inmunodeficiencia.
Yo me quiero hacer cargo, y confesar, como miembro de la Iglesia, que hemos pecado mucho de omisión. Quiero pedir perdón porque gran parte de nuestros hijos, de los exalumnos y alumnos de nuestros colegios y de los jóvenes de nuestros grupos no tiene más formación que la que reciben de los Simpson, de Tinelli y,  en el mejor de los casos, del CBC. No les hemos ofrecido herramientas para discernir la verdad del error, ni una estructura mental capaz de asegurarles el mínimo sentido crítico. He podido constatar a qué grado de confusión y de incoherencia con la fe que sinceramente profesan han llegado, pero no puedo enojarme con ellos, y, sobre todo, no tengo por qué hacerlo. Tengo que pedir perdón por la verdad que no les mostré, por la formación que no les di, por la catequesis que no les enseñé.
Quiero pedir públicamente perdón por vender el amor de Dios como un sentimiento fácil y meloso, por la demagogia de no poner límites, por mostrar la misericordia como opuesta a la verdad, por recortar la Palabra de Dios y echarle soda al Evangelio, por tenerle miedo a la exigencia, por subestimar a las personas, por no formar las conciencias, por no hablar del pecado, por el egoísmo de callar verdades para que no me dejen de querer, por no corregir, por seguir la opinión políticamente correcta en vez de buscar la verdad con franqueza, por perseguir los éxitos pastorales inmediatos y no el verdadero bien de los otros,  por ser incoherente y tibio, por no confiar en la gracia de Dios y en la fuerza del Evangelio... ¡Mea culpa!

No nos quejemos del "mundo", ni nos contagiemos de sus métodos propagandísticos para ganar la pulseada. Reconozcamos nuestras omisiones y nuestras incoherencias, pidamos perdón y convirtámonos al Evangelio, que sin éxito, sin brillo y sin fuerza humana (esto enseña la "sabiduría de la cruz") cambia el corazón de las personas.
Ahora hay que mirar para adelante, y empezar a revertir, con el amor de la verdad y la educación, la inmunodeficiencia espiritual pandémica que estamos padeciendo. Las parroquias, la catequesis, los colegios, los grupos eclesiales han de ser ámbitos donde las personas se alimenten con la Palabra de Dios, que es Verdad y Vida, y que proporciona los anticuerpos mentales para que, como decía el salmo 70: "no quedemos confundidos para siempre".

33 comentarios:

Anónimo dijo...

En su nueva página, Jack Tollers colgó otra traducción de un sermón de Newman, "Psicología de los progresistas" que nos viene a todos de perlas:

http://www.cuadernas.com.ar/newmanias.php

Cristián Dodds (hijo) dijo...

Gracias, Anónimo (que por estos pagois no hay por qué serlo). Está muy bueno, en efecto, se trata básicamente -me permito resumir- de la cristianísima unión entre el amor y la "estrictez" (término de Komar, otro gran lector de Newman). O como dice mi amigo el Padre Cucu Agustoni: "Jesús no es Winnie Poo"... Pego una cita de ese sermón Newmantolleriano: "Entonces resulta posible que un hombre pueda ser a la vez tan caritativo como Bernabé y sin embargo a la vez tan celoso como Pablo. Ser estricto y tierno no resultaban contradictorios en el corazón del Discípulo Amado; por más que en su manifestación diferían, encontraban su perfecta unión en la gracia de la caridad que es el cumplimiento de toda la Ley".

Anónimo dijo...

Muy buen mea culpa que nos cabe a todos los cristianos, pero ¡¡¡ojalá que también los obispos y sacerdotes lo hicieran!!!

¡Pura verdad lo que escribís!

Perpleja

Anónimo dijo...

Cristian, vayan mi angustia y me mea culpa hermanadas con la tuya.

No es mal momento para cantar:

"Alcánzame la copa de tu pena,
que yo quiero mirar su fondo oscuro.
No la bebas de golpe, te lo pido,
saboréala despacio, y sin apuro.

Si te embriagas de rabia o de amargura,
y te pesan los párpados de dudas,
allí mismo, en el fondo de tu pena
hallarás mi comprensión desnuda,
y en la mano caliente que te brindo
no estará la recíproca esperando,
pero sí mi corazón abierto,
junto al tuyo con ansias palpitando....

Un abrazo.

Nico Mihura.

Cristián Dodds (hijo) dijo...

¡Grande, Larralde! ¡Y bienvenido Nico a Dios y Ayacucho! Y no nos olvidemos de que, aunque el mundo sea el mundo, la verdad y el bien tienen una tremenda fuerza propia aunque odien la alharaca y el alboroto, porque como dice también Larralde "la razón aunque ande en patas camina con altivez". Y nosotros -no en todo, pero sí en esto- tenemos razón.

Analía dijo...

También tuve esa sensación de "perdimos"; y sentí mucho de lo que expresás vos acá.
Rezo también, "que no quedemos confundidos para siempre"

Anónimo dijo...

¡Hola Cristián!
Después de la declaración de independencia de Sodoma y anímicamente destrozado, debo decirte que tu autocrítica (que es muy buena) le cabe, y por duplicado, a los Obispos.
Yo no sería tan autoflagelante con los laicos; muchísimos han hecho muchísimo(y no sólo en la organización de la marcha)
Si NSJC fundó una Iglesia jerárquica; con Papa, Obispos, curas y laicos, por algo habrá sido; y por mucho que queramos, nosotros no podemos hacer lo que ellos dejan de hacer.
Como dice "Paco Pepe" en su "cigüeña de la torre"

"...Me parece(la ley) un espectacular fracaso del episcopado argentino que, con contadas excepciones, ha dado muestra de una pasividad lindante con la felonía..." "...El último gesto del cardenal de Buenos Aires, cuando ya era tarde y no se podía borrar tanta desidia anterior, no resolvió nada..."
Fijate que el el día en que se votaba en Diputados (hace un mes + o -) Los Obispos estaba reunidos no se con que motivo y sacaron una declaración en la que decían "hay pobreza" "hay exclusión" y cosas de ese tenor...
Si los que tienen que predicar no predican, los que tienen que guiar no guían... yyyy ....se complica.
Tal vez el tiempo me de otra perspectiva(lo dudo, pero...)hoy por hoy, y aún conmocionado,esa es mi conclusión.

Muy interesante tu blog, voy a entrar más seguido.

Un abrazo.

León Dufourq.

Cristián Dodds (hijo) dijo...

¡Bienvenido León a Dios y Ayacucho!
Toy en parte de acuerdo con lo que decís (de hecho mi mea culpa lo hago en cuanto "iglesia docente", oficio que es primordialmente episcopal), pero cada cual sabe de qué se debe arrepentir. Con respecto a laicos-jerarquía, no estoy tan de acuerdo con que los laicos hayan hecho todo. Hay mucha clericalización de los laicos (¿culpa de los curas?, puede ser), y falta que asuman de una vez que su lugar es estar ahí, en la política, en los tribunales, en los diarios... ¡Cuánto mejor estaríamos si hubiera dos o tres senadoras Negre de Alonso más! La indiferencia de los argentinos hacia lo público, en los cristianos, es pecado de omisión. Cada pequeña corrupción es, en nosotros, gravísima. Yo me hago cargo de mi parte, pero me pa que hay que responder por el hueco que hemos dejado en la clase dirigente... y que está ocupado por lo que tenemos.
Esto no es un fracaso del "epsicopado argentino", como grita la cigüeña en la torre. No seamos tan clericalistas: si fracasó, fracasó la Iglesia, fracasamos todos. Seremos ovejas, pero ovejas que gozan de buena salud y del Espíritu Santo, no somos dependientes de los pastores inertemente, sino filialmente, con todo el corazón y con toda la inteligencia.

Anónimo dijo...

De acuerdo.

No se trata de echar todo el fardo en los sacerdotes y Obispos. Hay que pensar que muchos de los que votaron o apoyaron a este gobierno ( que es abiertamente hostil a la religión catolica) en algún momento de sus vidas se habran considerado católicos. Los católicos hoy por hoy son una minoria...y muy poco influyente como se ha visto. La gente ademas ha sido engañada porque jamás se discutió ese tema en la plataforma del oficialismo. Vergonzoso, cómo se ignoro al resto del pais, que a juzgar por las encuestas, se oponia a esta ley.

Rex

Anónimo dijo...

Te felicito por el artículo. Lo reenvié a media humanidad.
Saludos cordiales,

Francisco Ruiz Guiñazú

javier anzoategui dijo...

Cristian.
Soy uno de los irresponsables que estuvo en la difusión y organización de la marcha. Te pido que, si tenés ganas, me pases tu mail, para estar en contacto por lo que sigue. El mío es: javanzoategui@gmail.com. Un abrazo. Javier Anzoátegui.

Majo dijo...
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Majo dijo...

Seminarista anónimo, sería bueno que firme ya que debemos saber cómo se llama quien se expresa así, más aún si es un futuro sacerdote.
¿Realmente usted cree que perdimos los que creemos en una fértil unión familiar, un matrimonio de mamá y papá? Pues entonces no ha entendido nada. ¿Recuerda cuando creían que Cristo fracasó en la Cruz? Tuvo que pasar un tiempo para que se dieran cuenta que ese "fracaso" fue en realidad triunfo.
Si usted se deja llevar por un mal estado de ánimo, eso le impedirá sacar un provecho espiritual de todo esto.Su carta no me transmite esperanza,al contrario,me recuerda esa imágen de los apóstoles tristes,cobardes y escondidos creyendo a nuestro Dios muerto.
No se deje llevar por este supuesto fracaso,pienso que hicimos lo posible,el Señor lo sabe y será Él quien se encargue de ahora en más si nosotros no bajamos los brazos.No eche culpas ni juzgue a los malos católicos,piense en cuantas veces usted le ha fallado al Señor y tal vez en cosas más graves.Tal vez este fracaso sea nuestro triunfo futuro.Tenemos la razón y a Dios de nuestro lado,me da pena ver que un joven se lamente y en su lamento veo decaer su Fe.Usted no es omnipresente. Usted ocupa un lugar y tiene su entorno,pues ocúpese de ellos.No se lamente porque nadie que ame al Señor quedará confundido eternamente, harán lo que Él diga.Y respecto a los anticuerpos que quiere proporcionar,recuerde que no todos pueden vacunarse,muchos son alérgicos,otros no llegan a un vacunatorio, otros no saben,no pueden o no quieren.Esta es la vida de un sacerdote,si por cada supuesto fracaso se atormentará,entonces no se está preparando bien para lo que viene. Necesitamos sacerdotes corajudos, con fuerza, sin lloriqueos, con el ánimo en el cielo y los pies en la tierra. Sacerdotes santos que no quedan tambaleantes ante lo que ellos creen como su primer gran fracaso. Tendrá muchos en su vida pero verá que de ellos sacará un gran provecho espiritual si no se deja amedrentar y deja de lado las lamentaciones.
Arriba el ánimo, Dios no ha muerto en la Cruz y aunque los ánimos caigan, la resurrección y la vida vendrán.
María J.

Milkus Maximus dijo...

Ok, no es culpa exclusiva de los obispos. Estoy en parte de acuerdo. Porque los políticos que han hecho declaración de cinismo, votando en nombre "de mi formación católica", crecieron viendo vaya saber uno qué ejemplos de catolicidad. Si llegan así es porque ya han venido mamando eso que son desde chicos. No sé habría que ver precisamente en nuestras familias si estamos educando futuros católicos comprometidos, o zoquetes que usan la religión de excusa para su mediocridad.

Y disculpen mi visceral disenso, pero nuestros obispos han tenido una (falta de) responsabilidad gravísima en esto, ya que en nombre de un dialoguismo totalmente ñoño, NO han gritado a los cuatro vientos, como se debía hacer, lo que debían gritar.

Anónimo dijo...

Majo, está bien, está bien.

Pero Cristo sí murió en la cruz (de otro modo no habría habido resurrección).

Cristián Dodds (hijo) dijo...

Gracias a todos los que han honrado esta página con sus valiosos comentarios. Vuelvo hoy de Ayacucho, de cargar las pilas camperas para el resto del año y recién veo la comentariada.
A Majo le contesto, si es que se dirige a mí como "seminarista anónimo"(¿?).
Estoy de acuerdo con usted en la victoria pascual que espera inexorable detrás de cada cruz.
Pero hay que tener cuidado con el simplismo de la pascua, muy común en ciertas espiritualidades... Que del horror de la cruz Dios haya inventado la Pascua, eso es EL milagro y EL misterio de la fe; pero no por la Pascua la cruz deja de ser un espanto y el peor de los pecados, la suma del mal... Entonces cuando gana el mal, gana el mal, y hay que saber reconocerlo. Que Dios de eso, si lo vivimos unidos a Cristo, sacará la Vida, lo creemos firmemente... Pero no nos engañemos: Jesús lloró amargamente sobre su ciudad porque "mataba a los profetas"... No fue a la Cruz cantando su victoria, sino con gritos y lágrimas.
Yo hago un MEA culpa (es decir que me auto culpo, no culpo a nadie más) porque creo NO haber hecho todo lo posible (como sí lo hizo Jesús) para evitar el mal. No cualquier derrota del cristiano es martirio, no.
Y ahora seguimos para adelante con la alegría de cada día, que si no me equivoco es lo que caracteriza este blog, que no es precisamente un sitio que se la pase profetizando calamidades sino intentando mostrar al Dios presente en el Ayacucho de cada uno, de cada día. Que Dios la bendiga y gracias por escribir. De paso, rece por mí.

Juan Pablo Chevallier-Boutell dijo...

Estimado Cristián Dodds /hijo). No había visto un texto tan completo y rico como el qu merece este comentario y gratitud.

Es evidente que lo ocurrido es la punta del iceberg de una socieadad que está muy enferma, pero muy enferma.

Gracias por ayudarnos a ver las cosas más claridad.

Lagarto dijo...
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Lagarto dijo...

Cris, me gustó mucho de verdad. Vos decis casi todo y de verdad que es un tema que merece una reflexión profunda por parte de todos; no podemos ser indiferentes. Yo también me pregunto cómo sigue esto, qué es lo que Dios dice con estas cosas, qué espera el mundo de nosotros y qué es lo que nosotros le estamos dando al mundo y fundamentalmente cómo seguir... Abrazo, espero que estés bien.

Juan M. Molina.

ioannes dijo...

Hola Cris!
Mea culpa también.
Tenemos que restaurar todo.
Espero que estés bien. Después te mando un mail.
Abrazo grande!

Pastor dijo...

Cristiano querido, justamente el domingo me desperté pensando "qué lástima que no hablé con Cris de esto anoche". La próxima vez que nos veamos, y espero que no pase mucho tiempo, compartimos impresiones al respecto. Un abrazo
Lucas Padilla

Cristián Dodds (hijo) dijo...

¡¡Un gustazo, Juan Molina!! No sabía de tus virtudes reptílicas. Gracias por comentar y honrarme con tu visita. Espero pueda pronto dejarte algún comenario en tu blog.
Gracias, Ioannes, ojalá que nos veamos pronto, si es birra de por medio, tanto mejorrrr.
Pastor, gracias por escribir, la verdá que el otro día apenas s nos cruzamos, a Vicky, a Toto, ni los saludé... Y tío Eduardo me tentó con una cómoda vuelta acabado el último compás del valse, así que rajé "temprano". Ojalá nos juntemos y charlemos de la vida. Te mando un abrazo,

Anónimo dijo...

No, Cristián, me permito disentir contigo. No "perdimos"... ¿Te parece que puede "perder" la naturaleza, es decir, el orden natural creado por el Señor Dios?
¿Has visto, a lo largo de la Sagradas Escrituras que el Señor Dios haya perdido?... Si, es cierto, el Calvario parecía el "monumento al fracaso divino", pero el primer día de la semana siguiente nos demostró que fue el gran trono del Triunfo del Señor Dios. Y por si fuera poco, cincuenta días después viene el Espíritu a confirmarnos que después de la Cruz, toda pérdida es ganancia, todo fracaso es éxito, todo duelo es alegría y toda muerte, Vida.
Es verdad también que, no pocas veces, los que “nos perdemos” somos nosotros y ahí sí hay que hacer un “mea culpa”… pero no para abatirnos ni bajonearnos sino para “dejarnos encontrar” de nuevo por el Buen Puestero que no deja rincón del campo sin recorrer hasta dar con las ovejas que se perdieron entre los pajonales…
Que los legisladores hagan lo que se les dé la gana y si quieren llamen a una cucaracha, pingo overo negro y a un piojo, toro pampa, total para la naturaleza y su Creador, la cucaracha va a seguir siendo cucaracha; el flete, flete; el piojo, piojo y el toro, toro…
Pero que sepan que cuando llegue el momento admirable y a la vez terrible de separar el yuyal del trigo y de hacer nuevas todas las cosas, todos aquellos y sus obras que estuvieron de acuerdo con el proyecto del Señor Dios resucitarán para la Vida, mientras que quienes lo contradijeron con sus disparates se perderán en el olvido eterno.
Felicitaciones por este sitio, bendiciones abundantes del Señor Jesús y su Madre, María Santísima y un abrazo.
Wenceslao
Est. “Huinca Loo” – Mones Cazón – Partido de Pehuajó – Pcia. de Bs. As.

Cristián Dodds (hijo) dijo...

Estimado Don Wenceslao de Mones Cazón:
No disentimos, porque nadie dice que ni la naturaleza ni Tata Dios (cuánto menos) pierdan...
Lo que Ud plantea es parecido a lo de la comentarista Majo y es una discusión difícil e interesante.
Mi mirada no va a la derrota en el congreso, sino sobre todo a un pecado de omisión. Sí, sabemos que Dios reteje maravillas con los gransietes de nuestros pecados..., pero no por mirar la fuerza pascual que los perdona y aniquila uno deja de ponderarlos y de dolerse y ¡ay! de padecer las heridas que dejan... Esto no es un manifiesto pesimista, sino que quiere ser un llamado a la conversión. La Pascua con su Cielo y Tierra nuevos (lo que yo llamo el Ayacucho Eterno) no le restan ni un grado de dramatismo al mal. Es justamente porque contamos con la victoria final (optimismo realista y cristiano: el Apocalipsis) que podemos mirar al mal de frente y llamarlo por su nombre, sin licuarlo con optimismos más fáciles pero menos consistentes. Y por eso podemos comprometernos con todo como peregrinos en la historia que "pasan" -como su Maestro- "haciendo el bien".

Angie Souhami dijo...

Cris!! muy bueno el "Mea culpa". Si hay algo que me consuela de todo esto es acordarme de lo que dijo Jesús: BIENAVENTURADOS SERÁN CUANDO
POR CAUSA MIA, LOS INSULTEN Y DIGAN TODA CLASE DE CALUMNIAS CONTRA USTEDES, ALÉGRENSE Y REGOCÍJENSE, PORQUE SU RECOMPENSA SERÁ GRANDE EN LOS CIELOS. Creo que hay que hacer un mea culpa todos por las omisiones, pero hay que estar contento con lo que sí hicimos. Es Cristo el que se cargó al hombro todo esto en la Cruz, eso me tranquiliza.
Pienso en los primeros cristianos cuando veían morir a muchos hermanos entre las garras de los leones, los paganos se reían y burlaban...Pero eso no era un fracaso, por lo menos me enseñaron a mi. Eran valientes, que no se dejaron vencer por las persecuciones, y por ellos hoy sigue estando en pie la Iglesia. Depende de nosotros que siga, aunque seamos pocos. Que se escuche, como antes, decir: "Miren como se aman".

Anónimo dijo...

Cris: Mil gracias por tu reflexión. Yo me había sentido tal cual lo decribís. Hago también mi MEA CULPA. Me llegó por mail tu reflexión. Está dando vueltas por todos lados!!!!!. GRACIAS, GRACIAS. Ahora estoy dando catequesis en el Colegio Pradere. Ardua tarea!!!. Te pido nos tengas presentes en tus oraciones a Santiago a mi y a los once!!!!.
También por la catequesis del Pradere. Excelente tu página. cariños. Marcela O. de Castro Videla

Marcos Luis Blanco y Centurión dijo...

Estimado d. Wenceslao de Mones Cazón:

El dilema «Perdimos o no perdimos» necesariamente me remite a la Gloria de Dios.

La Gloria de Dios es intrínseca; no precisa de la que nosotros Le demos. Pero esto no quita nuestra obligación de siempre dar gloria a Dios.

El triunfo de Dios es indudable. Pero asimismo esto no quita nuestra obligación como Iglesia militante de luchar en lo terrenal por instaurarlo. Y acá es donde ciertamente perdimos...

¡Fiducia en el triunfo final!

¡En Xto. Rey!

Joaquín dijo...

Cris! Qué bueno que encontré este blog y qué bueno que ahondé en él. Tengo muchísimo para comentar, pero simplemente quiero agradecerte por el artículo "MEA CULPA", por lo directo y sincero que lo noto y lo que me sentí interpelado en él. Por favor seguí regalándonos estas perlitas de un "sincero corazón filial". Desde Santiago de Chile rezo por tu vocación y para que en María encuentres la alegría del encuentro con Jesús. Y nos vemos en el verano!
Joaco Achával (PPSCH)

Cristián Dodds (hijo) dijo...

¡Primo querido! Tu visita es un honor. Ojalá tus ocupaciones de permitan inaugurar un Dios y Ayacucho propio... Este mío nació sobre todo para canalizar mi coté literario... Y nosotros compartimos no sólo a Dios, sino a Ayacucho y también el amor a las letras.
Después me interesaría conocer tu parecer acerca de las "letanías criollas a la Virgen de Luján".
Te mando un abrazo enorme aquende el Ande

Anónimo dijo...

Cris!! que palabras sinceras las tuyas..encarno ese Mea culpa yo también. Ahora se viene una bomba mayor que es la ley del aborto, asi que el año que viene se nos viene una peor en serio..pienso en una ley que no solo acepte sino que PROTEJE la muerte de bébes indefensos..y se me pone la piel de gallina. En que monstruo nos convertimos.. Lo bueno es que ya estamos unidos y contactados para hacerle frente..asi que animo!
Hoy el coro de Sta. Cecilia interpreta la Misa de Schubert en la Facultad de Derecho a las 20 hs..te paso el dato..ojalá no sea muy tarde para la invitación, porque va a estar increible..
Te mando un beso grande!!
wimpy

Anónimo dijo...

ahhh acabo de entender..el comentario aparece si vos lo aceptasss...jajaj que horrror..quezo totaaaaal
supongo que a esta epifanía tecnologica no la vas a aceptarr

norma dijo...

me paso hace unos dias tener que atender una pareja de lesbianas que se casaban,pidieron la bendicion de la iglesia y no se las dio.me pregunte ,acaso no es la misma iglesia que nos pide que abramos las puertas a todos sin distincion denada.fue entonces cuando la novia me dijo sabes norma estas son las cosas que me alejan de la iglesia,pero no de dios.que confortable fue este final .poque todos somos hijos del altisimo y finalmente las bendijo su madre en un casamiento privado

Anónimo dijo...

Excelente tu escrito, sin duda inspirado por el fuego que arde en tu corazón. Lo escribiste en e 2010, yo lo leí hace tiempo y hoy lo busqué otra vez. Estamos en 2015, acabamos de pasar el plesbicito de Irlanda, el Mea Culpa sigue su curso. El sínodo de la familia 2014 fue una alarma de lo que se viene. Espero que a lo largo de este año, el Espíritu Santo haya dado discernimiento a tantos de nuestros pastores y pedros para que reflexionen. No está nada bien la barca. Ojalá sigas siendo fiel como sacerdote asi como cuando seminarista escribiste este hermoso texto. No sé porqué ya casi no escribes en el blog. Me encantaría saber cómo hicieron tus padres para que le saliera un hijo tan lindo (de corazón) y como si fuera poco, sacerdote.
No te puedo bendecir porque soy humana, pero deseo que Dios te bendiga abundantemente y no apague tu fuego, que como para todo gaucho debe arder siempre. Belén.